¿Qué consecuencias tiene el bruxismo en la salud oral?

Se asocia generalmente al estrés permanente y hábitos poco saludables.

“El bruxismo es un trastorno en que el paciente rechina o aprieta los dientes de manera permanente o parcial. Se puede producir inconscientemente, mientras la persona duerme o, también, de manera consciente cuando está despierta”, explica el Dr. Eduardo Salas, jefe del Área Dental de Vidaintegra.

De acuerdo al profesional, el cuadro se debe a una combinación de factores físicos, psicológicos y genéticos. Si ocurre durante el día, generalmente hay un componente emocional que tiene que ver con la ansiedad, estrés, frustración o tensión. También se puede desarrollar en estudiantes durante periodos de concentración profunda. En el caso del bruxismo nocturno, en su mayoría, la causa está relacionada con alteraciones en los ciclos de vigilia y sueño.

También está el de tipo fisiológico, que es frecuente en los niños pequeños y, en general, no es dañino. Tiene como función estimular el crecimiento de los huesos maxilares y el recambio de las piezas dentales, por lo que va a desaparecer en la edad adulta. Otro factor de riesgo es el tipo de personalidad. Se habla de los biotipos maseterinos, que son personas de caras cuadradas que tienen un gran desarrollo de la musculatura masticatoria.

Con respecto a la condición genética, el bruxismo nocturno suele ser un rasgo familiar. Asimismo, hay otros trastornos que se relacionan como la enfermedad de Parkinson y el reflujo gastroesofágico. De la misma manera, el consumo de ciertos medicamentos indicados para tratamientos psiquiátricos como antidepresivos u otras sustancias como el alcohol, tabaco o cafeína están asociados al incremento del riesgo de tener bruxismo.De acuerdo al Dr. Salas, pueden surgir múltiples problemas en la salud oral:

  • Molestias a nivel de los huesos de la cara, dolores de cabeza y, principalmente, daño en los dientes. Estos últimos se van aplanando con el tiempo o aparecen fracturas en su interior.
  • Desgaste en el esmalte dental, que provoca un cambio de coloración porque la dentina es más amarilla. También produce dolor o aumento en la sensibilidad dental a los cambios de temperatura y de acidez en los distintos alimentos.
  • Dolor e inflamaciones asociados a los músculos del cuello, del rostro o de la mandíbula, producto de esta sobrecarga.
  • Alteraciones a nivel de los músculos del macizo facial, donde permanecen rígidos, o casos más severos, pueden llegar a que la mandíbula se trabe y o que se produzcan limitaciones en su apertura o cierre.
  • Dolores de cabeza, específicamente, en la zona frontal y en las sienes.
  • Presencia de heridas o lastimaduras en la cara interna de la mejilla, que produce dolor a nivel de la mucosa externa.
Tratamiento

“Un paciente con bruxismo entra en la categoría de crónico, ya que requiere tratamiento de manera permanente”, indica el Dr. Salas. Por esta razón es esencial consultar con un especialista para detectar su presencia y tratarla. El profesional indica que se utilizan férulas o protecciones bucales que están diseñadas para mantener los dientes separados y disminuir el daño. En casos más graves, se realiza una rehabilitación general destinada a remodelar y a recuperar la superficie de masticación de las piezas dentarias que se perdieron o se dañaron producto del bruxismo.

También ayudan los métodos complementarios con enfoque en control de ansiedad o de estrés con la finalidad de modificar hábitos o factores que pueden aumentar el riesgo de bruxismo. Desde el punto de vista de la farmacología, los relajantes musculares ayudan a disminuir esta sobrecarga de los músculos masticatorios. También se utilizan las inyecciones de toxina botulínica, que relaja la musculatura para los pacientes con bruxismo grave que no responden a otros tratamientos.