Altas temperaturas: La importancia de estar hidratados

En promedio, se recomienda el consumo de 1,5 a 2 litros de agua diarios en adultos. Sin embargo, la cantidad necesaria depende de varios factores.

“Es importante estar hidratados, ya que el agua es esencial para la vida. Entre un 50% y 60% de nuestro cuerpo está constituido por este elemento, y el buen funcionamiento del organismo se relaciona con el equilibrio hídrico”, explica el Dr. Yoanes Estrada, médico general de Vidaintegra.

De acuerdo al profesional, se distribuye en el cuerpo de la siguiente manera: dos terceras partes dentro de las células y el resto en el espacio extracelular. De la misma manera, el agua contribuye con todos los procesos metabólicos imprescindibles para la vida:

  • Condiciona la estabilidad de los órganos y sistemas.
  • Mantiene un buen control de la presión arterial, digestión y absorción de nutrientes.
  • Ayuda en la eliminación de sustancias de desecho por los riñones.
  • Mantiene los procesos metabólicos y la oxigenación cerebral.
  • Regula la temperatura corporal.
¿Cuánta agua se necesita?

La Organización Mundial de la Salud promueve una ingesta de 2 litros de agua al día en adultos. Por su parte, el Ministerio de Salud recomienda tomar de 1,5 a 2 litros.

No obstante, el Dr. Estrada señala que el consumo diario además se relaciona con otros factores como la edad, peso, sexo, actividad física que realiza la persona, clima, temperatura del ambiente, entre otras condiciones como embarazo, lactancia, uso de otras bebidas y tipo de alimentación. Por esta razón, es esencial consultar según las diferentes necesidades.

A su vez, agrega que entre el 70% al 80% de la hidratación debe provenir del agua, aunque dentro de los líquidos también se pueden incluir bebidas como el té, café, jugos y sopas. Los alimentos sólidos también aportan este líquido vital, pero en una proporción mucho menor.

Verano e hidratación

En época estival aumenta la temperatura ambiental y, junto con esto, las pérdidas corporales de agua, ya sea por transpiración, respiración, etc. Por lo tanto, la ingesta debe ser mayor a la habitual para evitar los síntomas de deshidratación como la sequedad de piel y mucosas, cansancio, dolores musculares, disminución de la diuresis (excreción de orina), cefalea, falta de concentración, fatiga, irritabilidad, trastornos del sueño, los cuales se van agravando de leves hasta severos.

“En caso de presentar síntomas de deshidratación, debemos reponer las pérdidas en un periodo relativamente corto, para así evitar complicaciones a corto y largo plazo”, indica el profesional.