Alimentación y embarazo: ¿Qué no deberías comer durante el período de gestación?

Llevar una dieta saludable y equilibrada es esencial en esta fase de la vida de las mujeres embarazadas. Te contamos lo que deben consumir y evitar aquí.

“La nutrición es uno de los pilares fundamentales durante la gestación, por lo cual la alimentación debe ser variada y completa en nutrientes para cubrir las necesidades del feto, el organismo materno y la síntesis de leche en esta etapa”, explica Fernanda Larenas, nutricionista de Vidaintegra.

De acuerdo a la profesional, el déficit nutricional severo en la mujer, antes o durante la gestación, puede ser causa de infertilidad, aborto espontáneo, parto prematuro, malformaciones congénitas, anemias, menor peso de la guagua al nacer, entre otros. Mientras que, la obesidad materna se asocia a mayor riesgo de hipertensión arterial, diabetes gestacional, hepatopatías, cesáreas y uso de fórceps en el parto y, en el recién nacido, puede provocar macrosomía (peso elevado al nacer) y enfermedades crónicas no transmisibles (ECNT).

Por esta razón, dentro de la dieta se debe incluir todo tipo de alimentos a menos que exista alguna contraindicación médica o nutricional, propiciar la ingesta de agua, y realizar mínimo cuatro comidas diarias (desayuno, almuerzo, once y cena). A su vez, se recomienda el consumo de algunos nutrientes que favorecen el adecuado crecimiento y desarrollo del feto, tales como el calcio, hierro y ácido fólico.

¿Qué alimentos se deberían evitar?

Algunos pescados: No se deben comer ciertos tipos de pescado porque pueden tener altas cantidades de mercurio, un metal que impide el adecuado desarrollo neurológico del feto. Entre ellos se encuentran la albacora, la caballa y el blanquillo.

Productos herbarios: Es fundamental consultar con un especialista, ya que algunas infusiones de hierbas podrían no ser seguras y producir efectos secundarios peligrosos. En general, se recomienda evitar las hierbas medicinales y suplementos, a excepción del jengibre que puede utilizarse en el manejo de las náuseas y los vómitos típicos de esta etapa, y sobre el cual hay evidencia de que es seguro y útil.

Ciertos quesos: Se debe tener precaución, sobre todo con los llamados quesos blandos, como el brie, camembert y los quesos azules. Esto porque al ser menos ácidos y contener más humedad que los duros, permiten que se desarrollen más rápidamente bacterias como la listeria. Por otra parte, los que no tienen restricción de consumo son los quesos duros como el mantecoso, gauda, cheddar y los del tipo frescos o quesillos pasteurizados.

Huevos y carnes crudas: El huevo se puede consumir siempre y cuando esté bien cocido. Se recomienda evitar la mayonesa casera, o preparaciones donde estén parcialmente cocinados o crudos. Este consejo es extensivo para el consumo de carnes de ave, para evitar riesgo de infección por una bacteria llamada salmonella y, en el caso de la carne de res, cerdo, cordero, entre otras, para prevenir un cuadro de toxoplasmosis.

Cafeína: El consumo de café puede producir taquicardia en la embarazada y bajo peso al nacer en el niño. Es importante mencionar que otros alimentos también contienen este compuesto, pero en menor cantidad como el té, chocolate, bebidas colas y energéticas, y algunos medicamentos.

Alcohol: La recomendación es evitar su consumo durante todo el embarazo, pero con mayor énfasis en el primer trimestre (16 semanas), porque puede causar aborto, parto prematuro o bajo peso al nacer.